3.28.2004
Cuento 6
“Hola nena ¿ porque tan acompañada? Cuanto termines te espero arriba... XX”
Eso mismo decía un trozo de papel que el mesero hizo llegar a mis manos.
Todos en aquella mesa voltearon a verme, y dibujaron sonrisas burlonas. Mi curiosidad me llevo a levantarme y abandonar el lugar en busca del autor de la nota.
Tal vez era solo una broma de algún amigo ¿ o es que acaso un nuevo pretendiente intentaba conquistarme?
Camine con nerviosismo
Subí los peldaños de la escalera con precaución
como si no deseara ser descubierta.
Antes de llegar al ultimo escalón del lugar
respire muy profundo.
ese aire me llenó de valor.
La luz dio justo a mis ojos, había muchos rostros, algunos, creo que los conocía.
¿pero de quien fue la nota?
Al fondo del lugar vi un rostro muy conocido para mi. Me dirigí a el. Pero al dar apenas unos pasos un obstáculo me interrumpió.
Delgada, cabello negro, sonrisa de princesa. Me miro y dijo ¿qué ya terminaste?
Carmilla Hash Davenport.
“Hola nena ¿ porque tan acompañada? Cuanto termines te espero arriba... XX”
Eso mismo decía un trozo de papel que el mesero hizo llegar a mis manos.
Todos en aquella mesa voltearon a verme, y dibujaron sonrisas burlonas. Mi curiosidad me llevo a levantarme y abandonar el lugar en busca del autor de la nota.
Tal vez era solo una broma de algún amigo ¿ o es que acaso un nuevo pretendiente intentaba conquistarme?
Camine con nerviosismo
Subí los peldaños de la escalera con precaución
como si no deseara ser descubierta.
Antes de llegar al ultimo escalón del lugar
respire muy profundo.
ese aire me llenó de valor.
La luz dio justo a mis ojos, había muchos rostros, algunos, creo que los conocía.
¿pero de quien fue la nota?
Al fondo del lugar vi un rostro muy conocido para mi. Me dirigí a el. Pero al dar apenas unos pasos un obstáculo me interrumpió.
Delgada, cabello negro, sonrisa de princesa. Me miro y dijo ¿qué ya terminaste?
Carmilla Hash Davenport.
